El próximo miércoles 3 de octubre tendrá lugar el primer debate entre Barack Obama y Mitt Romney. Será el primero de los tres debates televisivos que se desarrollarán durante la campaña electoral estadounidense. Los siguientes serán los días 11 y 16 de octubre.
Pero... ¿cómo fueron los debates de la anterior campaña electoral, cuando Obama se enfrentaba al republicano John McCain? Aquí los tienes, comentados por mí.
1er. Debate presidencial (Obama - McCain)
Tuvo lugar en la Universidad de Mississippi, el 26 de septiembre de 2008. La fórmula elegida era de pie, en el atril, los dos senadores enfrentados, y en medio, sentado a una mesa, el moderador. En este caso era Jim Lehrer, periodista de la cadena de televisión PBS. Las condiciones del debate eran: duración 1 hora y 30 minutos; tema: política exterior y seguridad nacional; reparto de los tiempos: dos minutos por respuesta y cinco minutos de debate entre los candidatos para cada pregunta. El debate es una fórmula que obliga al orador a ser muy espontáneo puesto que no puede llevar nada para leer –no hay posibilidad de telepronter-; por ello, lo que se debe hacer es tener los temas muy claros y tratar de ajustar la pregunta que le hagan a la respuesta prevista. En muchas ocasiones lo que se hace es preparar estas intervenciones ensayándolas previamente, incluidas las preguntas que pueden surgir. La idea es que el orador esté dispuesto a contestar rápido y sin titubeos ante cualquier cuestión que le surja. Por otro lado, además el participante debe ir preparado para lo que vaya a decir el contrario, por lo que deberá conocer sus posibles, respuestas, incluso sus potenciales acusaciones para tratar de rebatirlas lo mejor posible. El debate con atril tiene unas características específicas que el orador debe conocer de antemano. En primer lugar, el atril le obligará a no moverse, tiene que estar anclado en el sitio durante el tiempo que dure el acto. La distancia para hablar por el micrófono debe ser la adecuada para que no se lo oiga ni más ni menos que a su oponente. Una de las ventajas de este sistema es que se pueden emplear las dos manos en el lenguaje no verbal, lo cual permite más expresividad que con el micrófono en la mano. En el primer debate de Obama con McCain, el actual presidente de EEUU comenzó muy bien, realizando los agradecimientos oportunos, para después dirigirse a la cámara directamente. Él era consciente de que el debate no era para la gente que estaba en el estudio, sino para los telespectadores que son los votantes a los que se debe convencer. El senador de Illinois estuvo correcto, utilizando muy bien su lenguaje no verbal, debatiendo con elegancia y cordialidad. La anécdota respecto al lenguaje no verbal en este primer debate fue que los dos contertulios no hablaban mirándose a la cara. Jim Lehrer, el moderador, les indicó en varias ocasiones que lo hicieran, pero la mayor parte del tiempo los senadores se dirigían al periodista; poco a poco, consiguió que echaran algún vistazo al otro, pero se nota que les costaba. Una de las cuestiones que habitualmente se pacta son los “momentos de escucha”. Tanto McCain como Obama fueron muy cuidadosos con ese tema y era habitual que cuando esperaban estuvieran escribiendo. Curiosamente, ambos con la mano izquierda puesto que el republicano también es zurdo. En esta ocasión, Obama habló mirando a cámara tanto al principio como al final, en sus primeros minutos y en los últimos, incorporando así a los telespectadores a los que se estaba dirigiendo. Una curiosidad que no pertenece al LNV pero sí a este debate es que en él Obama se refirió a España. Días antes, McCain había hecho unas declaraciones confusas, en las que, ante la pregunta de una periodista sobre su posible reunión con José Luís Rodríguez Zapatero de España, el senador republicano hacía continua referencia a Latinoamérica. Esto llevó a algunos medios de comunicación a dos conclusiones: por un lado, que McCain no tenía claro que España pertenecía a Europa; y por otro, que el republicano no era partidario de encontrarse con el presidente español si llegaba a la Casa Blanca. Ante esta circunstancia, el senador demócrata indicó que era absurda la postura del republicano puesto que España era un país de la OTAN y, por tanto, un aliado, y que si él gobernaba tendría en cuenta a todos los aliados. Al terminar, las esposas de los candidatos salieron a felicitar a sus maridos y saludar al público asistente.
2º. Debate presidencial (Obama - McCain)
Tuvo lugar el 7 de octubre de 2008 en la Universidad de Belmont, en Tennesse. El moderador era Tom Brokaw, de la cadena de televisión NBC. Condiciones: tiempo 1 hora y 30 minutos; todo tipo de temas; dos minutos de respuesta a cada pregunta y un minuto de discusión por cada una. En esta ocasión el formato era completamente diferente; lo que los americanos llaman “town hall”, es decir, de ayuntamiento. En el escenario había dos sillas altas, estilo taburete y mesas pequeñas de la misma altura para los dos candidatos. A su alrededor, sentados en gradas, ochenta ciudadanos cuya función era preguntar a los oradores. Sentado enfrente, con una mesa, el moderador. Las personas presentes en la sala habían presentado sus cuestiones por escrito y el moderador había seleccionado algunas de ellas, tanto de público del estudio como otras enviadas por correo electrónico. Por supuesto, los candidatos desconocen las preguntas. Se sortea quién de los dos comienza.
Una de las ventajas y a la vez inconveniente de este tipo de debates es que los oradores están dotados, por un lado, de más libertad para moverse por el escenario, con el micrófono en la mano. El inconveniente de esta situación es que tienen que estar pendientes de no dar la espalda a las mismas personas durante mucho tiempo. Otra de las desventajas es que, al tener el micro de mano sujeto, no pueden gesticular igual.
En esta ocasión, Obama lo hizo muy bien; cuando la persona del público hablaba, él se dirigía hacia donde estaba, y le llamaba por su nombre, antes de empezar a contestar a su pregunta. Se cambiaba el micro de una a otra mano según el gesto que fuera a hacer, de manera que gesticuló con cierta naturalidad. En algunas ocasiones, al mencionar al senador republicano le señaló directamente con el brazo.
Como el tiempo estaba escrupulosamente medido, el senador demócrata habló más rápido de lo habitual para que le diera tiempo suficiente a decir todo lo que quería, por supuesto.
El actual presidente de Estados Unidos conservó la calma incluso cuando el senador McCain tergiversó sus palabras en un momento dado. El republicano dijo que su oponente había comentado que iba a atacar Pakistán. En ese momento la expresión de Obama fue una gran sonrisa que decía algo así como: “ya están modificando mis palabras”. Cuando terminó su intervención, el senador demócrata pidió la posibilidad de réplica, a la que el moderador se prestó ante la insistencia del actual inquilino de la Casa Blanca de dejar claro ese punto. Así pudo especificar que nunca había dicho que iba a atacar a Pakistán.
Al terminar el debate ambos oradores saludaron al público, uno por uno, mientras sus esposas hacían lo mismo.
3er. Debate presidencial (Obama - McCain)
Se celebró el 15 de octubre de 2008 en la Universidad de Hofstra en el estado de Nueva York. El moderador fue Bob Schieffer, de la cadena de televisión CBS. Condiciones establecidas para este debate: el tiempo destinado era 1 hora y 30 minutos; el tema: economía y política nacional; reparto de los tiempos: dos minutos de respuesta para cada pregunta, cinco minutos de discusión entre ambos candidatos y dos minutos cada uno para finalizar.
El formato elegido en esta ocasión era el de los dos candidatos sentados en una mesa triangular, frente a frente y con el moderador sentado en otro lado de la mesa. Una de las características de la retransmisión televisiva de este debate fue que los dos oradores estaban en pantalla prácticamente todo el tiempo, es decir, mientras uno hablaba al otro se le veía escuchando. Esto tiene la desventaja de que tienen controlar su LNV continuamente para que no aparezcan poniendo una mala cara en ningún momento. En general, aprovechaban para tomar nota y preparar su siguiente intervención.
En varias ocasiones el senador demócrata asentía con la cabeza cuandoJohn McCain hablaba; en otras, decía que no con ella; en algunas, interrumpió al republicano para contestar, apuntaba cuestiones que su oponente iba diciendo, o hacía alguna indicación al moderador de que quería hablar.
La anécdota del debate fue la continua presencia en él del personaje “Joe el Fontanero”, un individuo que entró en la campaña electoral al encontrarse con Obama en una visita a Ohio y que el partido republicano empleó para criticar al demócrata. Esta historia se contará más extensamente en el capítulo de los discursos.
Este encuentro, quizás por ser el último y porque se celebraba a escasos días de las elecciones, fue el más duro entre los dos candidatos. Debatieron más que nunca. Como en otras ocasiones, los minutos finales los aprovecharon mirando a cámara, dirigiéndose directamente a los telespectadores para hacer sus intervenciones finales solicitando el voto.
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