jueves, 12 de abril de 2018

Los niños y la Oratoria

Artículo de Natalia García Nombela, 
coordinadora de la Escuela Europea de Oratoria

“Mami, ¿qué es hablar en público?” Me preguntaba hace unos días mi hijo Iván de 6 años. La pregunta vino porque en ese momento me estaba despidiendo de él para dirigirme a impartir uno de los cursos para aprender a hablar en público, que realizamos en la Escuela Europea de Oratoria.  Iván sabe que una de mis facetas profesionales es la de ser profesora, pero él me imagina dando clase como si fuera su profe de 1º de primaria, enseñando mates o lengua.  

Para contestar a su pregunta le dije que recordara el pasado festival de navidad del cole, donde él y sus compañeros de clase tienen que salir a bailar delante de todos los padres y madres, que ocupamos al completo todo el aforo del salón de actos. Y entonces le dije: “imagínate que en lugar de bailar tuvieras que salir a “hablar”, es decir, que tuvieras que contarnos  algo a todos los papas y mamas que estamos allí, por ejemplo, explicarnos qué es lo que más te gusta hacer en el cole”.

Iván se quedó en silencio, me miró y exclamó: “madre mía, ¡qué vergüenza mami, yo no salgo!”. ¿Será que genéticamente estamos predispuestos a sentir miedo al hablar en público? Iván es un niño muy extrovertido y abierto, y sin embargo, solo con imaginarse esa escena ya sentía esa vergüenza y temor.

Como profesora de la Escuela Europea de Oratoria, soy consciente de que uno de los mayores obstáculos a la hora  de hablar en público es el dichoso miedo a hacer el ridículo, el mismo miedo que nos impide hablar otros idiomas. Cuando somos niños comenzamos a desarrollar ese sentimiento de hacer el ridículo, que se refleja en actos como vergüenza a preguntar en clase cuando no se entiende algo, timidez a la hora de salir a la pizarra a hacer o exponer algún ejercicio, dificultad para hacer amigos…

Y ya en la adolescencia ese sentimiento adquiere una gran importancia. ¿Por qué no hacer algo entonces? ¿Por qué no ponerle remedio antes de ser adultos? ¿Te imaginas que hubieras aprendido a hablar en público cuando eras pequeño? Ojala yo hubiera tenido esa oportunidad, me hubiera ahorrado mucho “sufrimiento”.

Hablar en público es una cualidad imprescindible para triunfar en la vida profesional, pero lamentablemente es una asignatura olvidada en el curriculum español. Y es que, la oratoria no está contemplada en los actuales planes de estudio de nuestro país y los padres contamos con pocas herramientas para guiar a nuestros hijos en este camino.

Si quieres que tus hij@s lo tengan más fácil ahora y en el futuro, dales la oportunidad de aprender a hablar en público. Desde la Escuela Europea te proponemos el Campamento urbano de Oratoria con Inteligencia Emocional, que tiene lugar en Madrid en el mes de julio. Los chavales serán capaces de quitarse miedos y aprenderán dos temas fundamentales: por un lado, la gestión de emociones y, por otro, a hablar en público. Aquí tienes la información del Campamento de Oratoria para Niños y del Campamento de Oratoria para Adolescentes. 

Si tú no tuviste la oportunidad de aprender Oratoria siendo niño aquí tienes toda la información de los cursos para adultos: www.escueladeoratoria.com

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miércoles, 4 de abril de 2018

¿Sabías que Luther King improvisó el "tengo un sueño" en su famoso discurso?


Hoy se cumplen 50 años de su muerte, pero lo que pocas personas saben es que las famosas palabras "tengo un sueño" de su discurso más famoso no estaban escritas en él. 

El texto, preparado por sus escritores de discursos, entre ellos Clarence B.Jones para el 28 de agosto de 1963 no incluía esas palabras. Pero Martin Luther King ya había hablado de "su sueño" en discursos anteriores. 

Cuando el Dr. King comenzó su discurso, en las escalinatas del monumento a Lincoln en Washington, la cantante Mahalia Jackson empezó a gritar: "Martin, háblales de tu sueño". Al escucharlo, Luther King introdujo en la alocución que tenía preparada, las palabras "tengo un sueño", repitiéndolas de manera adecuada para conseguir una musicalidad retórica. Así fue como, la gran capacidad de improvisación de Martin Luther King hizo que se creara uno de los mejores discursos de la Historia. 

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lunes, 2 de abril de 2018

El 70% de los malos oradores lo son por la voz


"Puedes tener el mejor discurso del mundo, bajarte de Internet un texto de Martin Luther King, de Kennedy o de Mandela, pero si no lo lees bien, de nada sirve", les digo a los participantes a mis cursos en más de una ocasión. La voz es uno de los elementos más importantes en la Oratoria y, sin embargo, uno de los menos considerados, menos valorados, a la hora de hablar en público. 

Dando uno o dos cursos por semana de Oratoria, desde hace ya unos cuantos años, he comprobado como el 70% de los participantes tienen problemas con el uso de la voz. También lo he vivido escuchando conferencias en congresos, jornadas, seminarios... Piensa, ¿cuántas veces te has aburrido en una charla? ¿Cuántas veces has "desconectado" de lo que el ponente te estaba diciendo por el uso monótono de su voz?

En la Escuela Europea de Oratoria (EEO) damos mucha importancia al buen uso de la voz al aprender a hablar en público. Una buena voz engancha al público, lo atrapa y lo seduce. 

Pero... ¿cómo se produce una buena voz? 

Como decimos en la EEO, la voz es la que tienes, no la puedes cambiar, pero sí el juego que le das. Y hay elementos fundamentales que hay que considerar:

1) Por ejemplo, emplear una buena respiración abdominal ayuda al orador a hablar tranquilamente, sin ahogarse ante el micrófono. Desafortunadamente muchas personas emplean más una respiración clavicular, o torácica, lo cual les lleva a entradas y salidas de aire más cortas, y se quedan sin aliento.

2) Vocalizar y pronunciar bien también son fundamentales. El objetivo del orador es transmitir un mensaje a su público, y si éste no le entiende, porque no abre lo suficientemente la boca, o no pronuncia bien las palabras, el tema se complica. 

3) Emplear bien los silencios y las pausas. "Un buen silencio dice más que muchas palabras", suelo indicar en los cursos. Y es verdad. Al hablar, todos los signos de puntuación (coma, punto y seguido, punto y aparte, dos puntos, abrir y cerrar comillas, etc...) necesitamos hacerlos con la voz para que nuestro público entienda lo que le estamos contando. Y sin embargo, un silencio en un escenario da miedo al orador incipiente, cuando, bien utilizado, es una auténtica joya. 

4) Entonación y velocidad. El empleo de diferentes tonos y velocidades consigue que transmitamos las emociones de manera más acertada. ¿Qué quieres conseguir en tu público, la alegría, la sorpresa, la tristeza, o tal vez meterles miedo? Cualquiera de esas emociones las puedes conseguir en Oratoria, si empleas bien tu voz. 

Una de las primeras cosas que hacemos al llegar a este mundo es usar la voz y, sin embargo, no la sabemos emplear bien. Y al no hacerlo nos cargamos nuestras presentaciones, las conferencias, las intervenciones públicas...

Por eso en la Escuela Europea de Oratoria, tenemos un curso de fin de semana específico de voz. En una tarde de viernes (17 a 21 horas) y un sábado (9 a 19 horas) puedes aprender a sacar a tu voz todo su partido. Los días 13 y 14 de abril, Velilla Valbuena, actriz, monologuista y coach de actores, te puede ayudar a aprender a usar tu voz, una voz que tu audiencia se merece, en el curso de voz de la Escuela Europea de Oratoria. 

Y si no te apetece venir al curso, al menos, ten en cuenta lo que hemos contado en este artículo. Y aprovecha todos los recursos que tu voz te da, si la usas bien. Tus oyentes te lo agradecerán. 

Mónica Pérez de las Heras
Directora