sábado, 31 de enero de 2009

Análisis del discurso de investidura del presidente Barack Obama con PNL

El discurso de investidura del presidente de EEUU, Barack Obama, se analiza aquí con Programación Neurolingüística (PNL) comprobando si el texto incluye más términos visuales (V), auditivos (A) o kinestésicos (K). Las palabras o expresiones que delatan cada sistema representacional (SR) están en negrita y llevan a su lado el signo correspondiente. Se ha utilizado para ello la traducción que publicó el diario El País el 20 de enero de 2009.
Además las fotografías muestran distintos lugares del mundo donde se vivió ese mismo momento, desde la posición del presidente, la del público presente en Washingon, Times Square en Nueva York, los soldados americanos en Afganistán, la gente de un suburbio de Nairobi en Kenia, unos iraquíes en su domicilio y la familia Obama al completo.
"Queridos conciudadanos:

Me presento aquí hoy humildemente consciente de la tarea que nos aguarda(K), agradecido por la confianza que habéis depositado(K) en mí, conocedor de los sacrificios que hicieron nuestros antepasados. Doy gracias al presidente Bush por su servicio a nuestra nación y por la generosidad y la cooperación que ha demostrado en esta transición.

Son ya 44 los estadounidenses que han prestado juramento como presidentes. Lo han hecho durante mareas de prosperidad y en aguas pacíficas y tranquilas. Sin embargo, en ocasiones, este juramento se ha prestado en medio de nubes y tormentas. En esos momentos, Estados Unidos ha seguido adelante, no sólo gracias a la pericia(K) o la visión(V) de quienes ocupaban el cargo, sino porque Nosotros, el Pueblo, hemos permanecido(K) fieles a los ideales de nuestros antepasados y a nuestros documentos fundacionales. Así ha sido. Y así debe ser con esta generación de estadounidenses.

Es bien sabido que estamos en medio de una crisis. Nuestro país está en guerra contra una red de violencia y odio de gran alcance. Nuestra economía se ha debilitado enormemente, como consecuencia de la codicia y la irresponsabilidad de algunos, pero también por nuestra incapacidad colectiva de tomar decisiones difíciles y preparar a la nación para una nueva era. Se han perdido casas; se han eliminado empleos; se han cerrado empresas. Nuestra sanidad es muy cara; nuestras escuelas tienen demasiados fallos; y cada día trae nuevas pruebas de que nuestros usos de la energía fortalecen(K) a nuestros adversarios y ponen en peligro el planeta.

Estos son indicadores de una crisis, sujetos a datos y estadísticas. Menos fácil de medir pero no menos profunda es la destrucción de la confianza en todo nuestro territorio, un temor persistente de que el declive de Estados Unidos es inevitable y la próxima generación tiene que rebajar sus miras(V). Hoy os digo(A) que los problemas que nos aguardan(K) son reales. Son graves y son numerosos. No será fácil resolverlos, ni podrá hacerse en poco tiempo. Pero debes tener clara(V) una cosa, América: los resolveremos.
Hoy estamos reunidos aquí porque hemos escogido la esperanza por encima del miedo, el propósito común por encima del conflicto y la discordia. Hoy venimos a proclamar(A) el fin de las disputas mezquinas y las falsas promesas, las recriminaciones y los dogmas gastados que durante tanto tiempo han sofocado(K) nuestra política.

Seguimos siendo una nación joven, pero, como dicen(A) las Escrituras, ha llegado la hora de dejar a un lado las cosas infantiles. Ha llegado la hora de reafirmar nuestro espíritu de resistencia; de escoger lo mejor que tiene nuestra historia; de llevar adelante ese precioso don, esa noble idea, transmitida de generación en generación: la promesa hecha por Dios de que todos somos iguales, todos somos libres, y todos merecemos una oportunidad de buscar toda la felicidad que nos sea posible.

Al reafirmar la grandeza de nuestra nación, sabemos que esa grandeza no es nunca un regalo. Hay que ganársela. Nuestro viaje nunca ha estado hecho de atajos(K) ni se ha conformado con lo más fácil. No ha sido nunca un camino para los pusilánimes, para los que prefieren el ocio al trabajo, o no buscan más que los placeres de la riqueza y la fama. Han sido siempre los audaces, los más activos, los constructores de cosas -algunos reconocidos, pero, en su mayoría, hombres y mujeres cuyos esfuerzos permanecen en la oscuridad(V)- los que nos han impulsado en el largo y arduo sendero hacia la prosperidad y la libertad.

Por nosotros empaquetaron sus escasas posesiones terrenales y cruzaron océanos en busca de una nueva vida. Por nosotros trabajaron en condiciones infrahumanas y colonizaron el Oeste; soportaron el látigo y labraron la dura tierra. Por nosotros combatieron y murieron en lugares como Concord y Gettysburg, Normandía y Khe Sahn. Una y otra vez, esos hombres y mujeres lucharon y se sacrificaron y trabajaron hasta tener las manos en carne viva(K), para que nosotros pudiéramos tener una vida mejor. Vieron(V) que Estados Unidos era más grande que la suma de nuestras ambiciones individuales; más grande que todas las diferencias de origen, de riqueza, de partido.

Ése es el viaje que hoy continuamos. Seguimos siendo el país más próspero y poderoso de la Tierra. Nuestros trabajadores no son menos productivos que cuando comenzó esta crisis. Nuestras mentes no son menos imaginativas(V), nuestros bienes y servicios no son menos necesarios que la semana pasada, el mes pasado ni el año pasado. Nuestra capacidad no ha disminuido. Pero el periodo del inmovilismo, de proteger estrechos(K) intereses y aplazar decisiones desagradables ha terminado; a partir de hoy, debemos levantarnos, sacudirnos el polvo y empezar a trabajar para reconstruir(K) América.

Porque, miremos donde miremos(V), hay trabajo que hacer. El estado de la economía exige actuar con audacia y rapidez, y vamos a actuar; no sólo para crear nuevos puestos de trabajo, sino para sentar(K) nuevas bases de crecimiento. Construiremos las carreteras y los puentes, las redes eléctricas y las líneas digitales que nutren nuestro comercio y nos unen a todos. Volveremos a situar la ciencia en el lugar que le corresponde y utilizaremos las maravillas de la tecnología para elevar la calidad de la atención sanitaria y rebajar sus costes. Aprovecharemos el sol, los vientos y la tierra para hacer funcionar nuestros coches y nuestras fábricas. Y transformaremos nuestras escuelas y nuestras universidades para que respondan a las necesidades de una nueva era. Podemos hacer todo eso. Y todo lo vamos a hacer.

Ya sé que hay quienes ponen en duda la dimensión de mis ambiciones, quienes sugieren que nuestro sistema no puede soportar demasiados grandes planes. Tienen mala memoria. Porque se han olvidado de lo que ya ha hecho este país; de lo que los hombres y mujeres libres pueden lograr cuando la imaginación(V) se une a un propósito común y la necesidad al valor.

Lo que no entienden los escépticos es que el terreno que pisan(K) ha cambiado, que las manidas discusiones políticas que nos han consumido(K) durante tanto tiempo ya no sirven. La pregunta(A) que nos hacemos hoy no es si nuestro gobierno interviene demasiado o demasiado poco, sino si sirve de algo: si ayuda a las familias a encontrar trabajo con un sueldo decente, una sanidad que puedan pagar, una jubilación digna. En los programas en los que la respuesta(A) sea sí, seguiremos adelante. En los que la respuesta(A) sea no, los programas se cancelarán. Y los que manejemos(K) el dinero público tendremos que responder(A) de ello -gastar con prudencia, cambiar malos hábitos y hacer nuestro trabajo a la luz del día(V)-, porque sólo entonces podremos restablecer la crucial confianza entre el pueblo y su gobierno.

Tampoco nos planteamos si el mercado es una fuerza positiva o negativa. Su capacidad de generar riqueza y extender la libertad no tiene igual, pero esta crisis nos ha recordado(A) que, sin un ojo atento(V), el mercado puede descontrolarse, y que un país no puede prosperar durante mucho tiempo cuando sólo favorece a los que ya son prósperos. El éxito de nuestra economía ha dependido siempre, no sólo del tamaño(V) de nuestro producto interior bruto, sino del alcance de nuestra prosperidad; de nuestra capacidad de ofrecer oportunidades a todas las personas, no por caridad, sino porque es la vía más firme hacia nuestro bien común.

En cuanto a nuestra defensa común, rechazamos como falso que haya que elegir entre nuestra seguridad y nuestros ideales. Nuestros Padres Fundadores, enfrentados a peligros que apenas podemos imaginar, elaboraron una carta que garantizase el imperio de la ley y los derechos humanos, una carta que se ha perfeccionado con la sangre(K) de generaciones. Esos ideales siguen iluminando(V)el mundo, y no vamos a renunciar a ellos por conveniencia. Por eso, a todos los demás pueblos y gobiernos que hoy nos contemplan(V), desde las mayores capitales hasta la pequeña aldea en la que nació mi padre, os digo: sabed que Estados Unidos es amigo de todas las naciones y todos los hombres, mujeres y niños que buscan paz y dignidad, y que estamos dispuestos a asumir de nuevo el liderazgo.

Recordemos que generaciones anteriores se enfrentaron al fascismo y el comunismo no sólo con misiles y carros de combate, sino con alianzas sólidas y convicciones duraderas. Comprendieron que nuestro poder no puede protegernos por sí solo, ni nos da derecho a hacer lo que queramos. Al contrario, sabían que nuestro poder crece mediante su uso prudente; nuestra seguridad nace de la justicia de nuestra causa, la fuerza de nuestro ejemplo y la moderación que deriva de la humildad y la contención.

Somos los guardianes de este legado. Guiados otra vez por estos principios, podemos hacer frente a esas nuevas amenazas que exigen un esfuerzo aún mayor, más cooperación y más comprensión entre naciones. Empezaremos a dejar Irak, de manera responsable, en manos de (K) su pueblo, y a forjar(K) una merecida paz en Afganistán. Trabajaremos sin descanso con viejos amigos y antiguos enemigos para disminuir la amenaza nuclear y hacer retroceder el espectro del calentamiento del planeta. No pediremos perdón por nuestra forma de vida ni flaquearemos en su defensa, y a quienes pretendan conseguir sus objetivos provocando el terror y asesinando a inocentes les decimos que nuestro espíritu es más fuerte y no podéis romperlo; no duraréis más que nosotros, y os derrotaremos.

Porque sabemos que nuestra herencia multicolor es una ventaja, no una debilidad. Somos una nación de cristianos y musulmanes, judíos e hindúes, y no creyentes. Somos lo que somos por la influencia de todas las lenguas y todas las culturas de todos los rincones de la Tierra; y porque probamos el amargo sabor(K) de la guerra civil y la segregación, y salimos de aquel oscuro(V) capítulo más fuertes y más unidos, no tenemos más remedio que creer que los viejos odios desaparecerán(V) algún día; que las líneas tribales pronto se disolverán(K); y que Estados Unidos debe desempeñar su papel y ayudar a iniciar una nueva era de paz.

Al mundo musulmán: buscamos un nuevo camino hacia adelante, basado en intereses mutuos y mutuo respeto. A esos líderes de todo el mundo que pretenden sembrar (K)el conflicto o culpar de los males de su sociedad a Occidente: sabed que vuestro pueblo os juzgará por lo que seáis capaces de construir, no por lo que destruyáis. A quienes se aferran(K) al poder mediante la corrupción y el engaño y acallando(A) a los que disienten, tened claro que la historia no está de vuestra parte; pero estamos dispuestos a tender la mano si vosotros abrís el puño.

A los habitantes de los países pobres: nos comprometemos a trabajar a vuestro lado para conseguir que vuestras granjas florezcan y que fluyan aguas potables; para dar de comer a los cuerpos desnutridos y saciar las mentes sedientas. Y a esas naciones que, como la nuestra, disfrutan de una relativa riqueza, les decimos que no podemos seguir mostrando indiferencia ante el sufrimiento que existe más allá de nuestras fronteras, ni podemos consumir los recursos mundiales sin tener en cuenta las consecuencias. Porque el mundo ha cambiado, y nosotros debemos cambiar con él.
Mientras reflexionamos sobre el camino que nos espera, recordamos con humilde gratitud a esos valerosos estadounidenses que en este mismo instante patrullan desiertos lejanos y montañas remotas. Tienen cosas que decirnos(A), del mismo modo que los héroes caídos que yacen en Arlington nos susurran(A) a través del tiempo. Les rendimos homenaje no sólo porque son guardianes de nuestra libertad, sino porque encarnan(K) el espíritu de servicio, la voluntad de encontrar sentido en algo más grande que ellos mismos. Y sin embargo, en este momento -un momento que definirá a una generación-, ese espíritu es precisamente el que debe llenarnos(K) a todos.

Porque, con todo lo que el gobierno puede y debe hacer, a la hora de la verdad, la fe y el empeño del pueblo norteamericano son el fundamento supremo sobre el que se apoya(K) esta nación. La bondad de dar cobijo a un extraño cuando se rompen los diques, la generosidad de los trabajadores que prefieren reducir sus horas antes que ver cómo pierde su empleo un amigo: eso es lo que nos ayuda a sobrellevar los tiempos más difíciles. Es el valor del bombero que sube corriendo por una escalera llena de humo, pero también la voluntad de un padre de cuidar de su hijo; eso es lo que, al final, decide nuestro destino.

Nuestros retos pueden ser nuevos. Los instrumentos con los que los afrontamos pueden ser nuevos. Pero los valores de los que depende nuestro éxito -el esfuerzo y la honradez, el valor y el juego limpio, la tolerancia y la curiosidad, la lealtad y el patriotismo- son algo viejo. Son cosas reales. Han sido el callado(A)motor de nuestro progreso a lo largo de la historia. Por eso, lo que se necesita es volver a estas verdades. Lo que se nos exige ahora es una nueva era de responsabilidad, un reconocimiento, por parte de cada estadounidense, de que tenemos obligaciones con nosotros mismos, nuestro país y el mundo; unas obligaciones que no aceptamos a regañadientes sino que asumimos de buen grado, con la firme convicción de que no existe nada tan satisfactorio para el espíritu, que defina tan bien nuestro carácter, como la entrega total a una tarea difícil.

Éste es el precio y la promesa de la ciudadanía.

Ésta es la fuente de nuestra confianza; la seguridad de que Dios nos pide que dejemos huella(K) en un destino incierto.

Éste es el significado de nuestra libertad y nuestro credo, por lo que hombres, mujeres y niños de todas las razas y todas las creencias pueden unirse en celebración en este grandioso Mall y por lo que un hombre a cuyo padre, no hace ni 60 años, quizá no le habrían atendido en un restaurante local, puede estar ahora aquí, ante vosotros, y prestar el juramento más sagrado.
Marquemos, pues, este día con el recuerdo de quiénes somos y cuánto camino hemos recorrido. En el año del nacimiento de Estados Unidos, en el mes más frío, un pequeño grupo de patriotas se encontraba apiñado en torno a unas cuantas hogueras mortecinas a orillas de un río helado. La capital estaba abandonada. El enemigo avanzaba. La nieve estaba manchada de sangre. En un momento en el que el resultado de nuestra revolución era completamente incierto, el padre de nuestra nación ordenó que leyeran estas palabras:

"Que se cuente al mundo futuro... que en el más profundo invierno, cuando no podía sobrevivir nada más que la esperanza y la virtud... la ciudad y el campo, alarmados ante el peligro común, se apresuraron a hacerle frente".

América. Ante nuestros peligros comunes, en este invierno de nuestras dificultades, recordemos estas palabras(A) eternas. Con esperanza y virtud, afrontemos una vez más las corrientes heladas y soportemos las tormentas que puedan venir. Que los hijos de nuestros hijos puedan decir(A) que, cuando se nos puso a prueba, nos negamos a permitir que se interrumpiera este viaje, no nos dimos la vuelta ni flaqueamos; y que, con la mirada puesta en el horizonte(V) y la gracia de Dios con nosotros, seguimos llevando hacia adelante el gran don de la libertad y lo entregamos a salvo a las generaciones futuras.

Gracias, que Dios os bendiga, que Dios bendiga a América".

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jueves, 29 de enero de 2009

Las palabras de Obama en su discurso de investidura

Una de las cuestiones que se estudia en la Programación Neurolingüística (PNL) es, precisamente, el poder de las palabras. Aquí tenéis la nube de ellas que el presidente Barack Obama utilizó en su discurso de investidura. Las palabras que más empleó se encuentran destacadas más grandes, mientras que las más pequeñas son las que utilizó con menor frecuencia. Este análisis tan curioso se puede comparar con el del discurso de Abraham Lincoln, también el día que se convirtió en presidente en 1861. ¿Hablan solas las palabras colocadas al azar? Yo creo que sí.

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domingo, 25 de enero de 2009

El éxito de "El secreto de Obama"

Desde el día 15 que se hizo la presentación del libro en rueda de prensa, el éxito de éste ha sido espectacular. Numerosos medios de comunicación han recogido reseñas sobre el mismo, como es el caso de Europa Press, que realizó una estupenda crónica que ha dado la vuelta al mundo. Otros medios, como el blog periodista digital o el diario Negocio optaron por realizar una entrevista y publicarla en sus páginas. Además, varias televisiones dieron cuenta del libro: una entrevista en los informativos de Cuatro, otra en el programa "Buenos Días Madrid" de Telemadrid; "Espejo Público" de Susana Griso en Antena 3; "A los ojos" de Intereconomía TV con Javier García Mateo y Televisión Española 24 horas con Vicente Vallés. Las emisoras de radio no se quedaron atrás. Fue el momento de hablar con Genma Nierga de "La Ventana", Cadena Ser; Luis del Olmo en "Protagonistas" de Punto Radio; "Informativos de Fin de Semana" de Onda Cero; y Radio Intereconomía. Además de reseñas en otros medios como "On Madrid" (foto superior)de El País; Diario Metro (foto de al lado), Ecodiario, Abc.es; Diario Madrid, la revista Mirada al Arte, la web muchoslibros.com, etc.

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lunes, 19 de enero de 2009

Únete a la felicitación al presidente Obama


Otra de las opciones existentes en internet en relación a Obama es que se puede dejar un mensaje de felicitación al presidente. En la web Join the wave cualquier ciudadano del planeta puede enviar su mensaje a Barack Obama. ¡Os invito a hacerlo!

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domingo, 18 de enero de 2009

Ya puedes Obamizarte


Ya se se puede uno hacer un retrato al estilo del más famoso del presidente electo Obama. Una página web da la posiblidad de transformar cualquier de tus fotografías en todo un retrato al estilo del más conocido del senador estadounidense. Si quieres divertirte o sorprender a tus amigos, pruébalo. La web se llama "Obamicon".

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sábado, 17 de enero de 2009

El "Obama express"

Hoy sábado el presidente electo, Barack Obama, ha partido de Filadelfia en tren para recorrer el mismo camino que realizó Abraham Lincoln antes de ser investido presidente del país. Toda la información sobre el viaje, así como los videos de los discursos pronunciados durante el mismo se encuentran en el blog del libro que acaba de publicarse, El secreto de Obama.

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jueves, 15 de enero de 2009

Rueda de prensa de "El secreto de Obama"


Más de 20 medios de comunicación han asistido a la rueda de prensa que hemos realizado hoy en Madrid para presentar el libro "El secreto de Obama". La acogida del libro está siendo muy buena y ya hay numerosas referencias a él en internet. Si queréis más información podéis encontrarla en la crónica de
Europa Press

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miércoles, 14 de enero de 2009

Presentación de "El secreto de Obama"




El libro "El secreto de Obama" se puede adquirir ya en todo el mundo. Como archivo pdf lo puedes descargar inmediatamente en tu ordenador; o solicitar que te lo envíen a casa. Bubok te lo llevará a cualquier lugar del planeta.

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lunes, 12 de enero de 2009

El secreto de Obama


Mucho se está hablando en estos días sobre el presidente electo de EEUU, Barack Obama. Cierto es que hay muchas expectativas sobre lo que el nuevo mandatario hará al llegar a la Casa Blanca, pero también hay que poner los pies en el suelo. Él ha sido el primero que a lo largo de su campaña electoral explicó que iba a hacer todo lo que pudiera, y si algo no lo podía hacer, que lo explicaría con honestidad. Es absurdo que algunos anden ya rasgándose las vestiduras sobre si algunas promesas electorales van a tardar más en cumplirse de lo previsto.

Obama se enfrenta a la peor situación política y económica que se ha encontrado jamás un presidente de EEUU. Llega con toda la voluntad del mundo, con toda la ilusión y las ganas de hacer las cosas bien, así que... habrá que confiar que va a tratar de hacer las cosas lo mejor posible.

El próximo jueves, aquí en Madrid, se desvelará... El secreto de Obama.

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jueves, 1 de enero de 2009

FELIZ 2009 CON PROGRAMACIÓN NEUROLINGÜÍSTICA

¿Os habéis dado cuenta que hasta los de Google
conocen la Programación Neurolingüística?

Camuflan las letras de Google, en un día como
hoy, para que además de poner su nombre de
marca se lea el año en el que acabamos de
entrar. ¡Qué ingenio!

Feliz Año a todas las personas de buena voluntad.
¡Que se cumplan los deseos de todos aquellos que buscan más para los demás que para sí!

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