lunes, 2 de abril de 2018

El 70% de los malos oradores lo son por la voz


"Puedes tener el mejor discurso del mundo, bajarte de Internet un texto de Martin Luther King, de Kennedy o de Mandela, pero si no lo lees bien, de nada sirve", les digo a los participantes a mis cursos en más de una ocasión. La voz es uno de los elementos más importantes en la Oratoria y, sin embargo, uno de los menos considerados, menos valorados, a la hora de hablar en público. 

Dando uno o dos cursos por semana de Oratoria, desde hace ya unos cuantos años, he comprobado como el 70% de los participantes tienen problemas con el uso de la voz. También lo he vivido escuchando conferencias en congresos, jornadas, seminarios... Piensa, ¿cuántas veces te has aburrido en una charla? ¿Cuántas veces has "desconectado" de lo que el ponente te estaba diciendo por el uso monótono de su voz?

En la Escuela Europea de Oratoria (EEO) damos mucha importancia al buen uso de la voz al aprender a hablar en público. Una buena voz engancha al público, lo atrapa y lo seduce. 

Pero... ¿cómo se produce una buena voz? 

Como decimos en la EEO, la voz es la que tienes, no la puedes cambiar, pero sí el juego que le das. Y hay elementos fundamentales que hay que considerar:

1) Por ejemplo, emplear una buena respiración abdominal ayuda al orador a hablar tranquilamente, sin ahogarse ante el micrófono. Desafortunadamente muchas personas emplean más una respiración clavicular, o torácica, lo cual les lleva a entradas y salidas de aire más cortas, y se quedan sin aliento.

2) Vocalizar y pronunciar bien también son fundamentales. El objetivo del orador es transmitir un mensaje a su público, y si éste no le entiende, porque no abre lo suficientemente la boca, o no pronuncia bien las palabras, el tema se complica. 

3) Emplear bien los silencios y las pausas. "Un buen silencio dice más que muchas palabras", suelo indicar en los cursos. Y es verdad. Al hablar, todos los signos de puntuación (coma, punto y seguido, punto y aparte, dos puntos, abrir y cerrar comillas, etc...) necesitamos hacerlos con la voz para que nuestro público entienda lo que le estamos contando. Y sin embargo, un silencio en un escenario da miedo al orador incipiente, cuando, bien utilizado, es una auténtica joya. 

4) Entonación y velocidad. El empleo de diferentes tonos y velocidades consigue que transmitamos las emociones de manera más acertada. ¿Qué quieres conseguir en tu público, la alegría, la sorpresa, la tristeza, o tal vez meterles miedo? Cualquiera de esas emociones las puedes conseguir en Oratoria, si empleas bien tu voz. 

Una de las primeras cosas que hacemos al llegar a este mundo es usar la voz y, sin embargo, no la sabemos emplear bien. Y al no hacerlo nos cargamos nuestras presentaciones, las conferencias, las intervenciones públicas...

Por eso en la Escuela Europea de Oratoria, tenemos un curso de fin de semana específico de voz. En una tarde de viernes (17 a 21 horas) y un sábado (9 a 19 horas) puedes aprender a sacar a tu voz todo su partido. Los días 13 y 14 de abril, Velilla Valbuena, actriz, monologuista y coach de actores, te puede ayudar a aprender a usar tu voz, una voz que tu audiencia se merece, en el curso de voz de la Escuela Europea de Oratoria. 

Y si no te apetece venir al curso, al menos, ten en cuenta lo que hemos contado en este artículo. Y aprovecha todos los recursos que tu voz te da, si la usas bien. Tus oyentes te lo agradecerán. 

Mónica Pérez de las Heras
Directora

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