“Lo importante
es que te entiendan y nos comuniquemos bien”. Con esta frase, el profesor
Javier García Mateo inicia el curso “La voz en la comunicación”, un módulo que
en forma práctica e interactiva nos entrega herramientas para conocer nuestra voz y darle la importancia que merece en nuestra
comunicación.
Nos hemos
acostumbrado a usar desde niños una sola voz, pero a través de numerosos
ejercicios prácticos entregados en el curso, pudimos comprobar que podemos
maximizar su uso y provocar cambios sorprendentes.
“He aprendido a
moderar los tonos y especialmente a ser más consciente de los efectos que
tiene mi voz en la comunicación”, nos cuenta Carmen, una de las alumnas
del curso. Carmen trabaja en política y sabe que la voz es fundamental para
impactar y lograr una mejor comunicación.
Como ella, todos
los asistentes se dan cuenta que es posible “trabajar la voz” y dejando todo
tipo de vergüenzas, se esfuerzan al máximo en cada uno de los ejercicios
lúdicos que nos hace el profesor. Con el paso del tiempo es posible notar
el cambio en cada uno y el "feedback" recibido es fundamental para seguir
avanzando.
“La voz se puede
trabajar. Hay gente que tiene la suerte de tener muy buena voz, pero no saben emplearla. Otros, en cambio, sin tenerla especialmente buena voz, saben aprovecharla. Al final, es una mezcla. Lo importante es
que la voz se puede dominar, cambiar y mejorar”, nos cuenta el profesor,
mientras vamos recitando en alto algunos poemas de Antonio Machado con el
fin de encontrar “nuestra voz”.
Y lo vamos
logrando. Aprendemos la importancia de una buena dicción y las ventajas de
jugar con la voz. Comprobamos que es posible lograr emocionar a nuestro público
sin gritar y cómo podemos encontrar un “tono medio” para conseguir una
comunicación más efectiva.
A lo largo del
curso también nos entregan herramientas teóricas para perfeccionar nuestra voz.
Nos enseñan algunos “trucos” para seguir avanzando en esta materia y aprendemos cómo la falta de sueño o una simple postura
corporal pueden convertirse en enemigos de nuestra voz.
Ha llegado la
hora de terminar y el profesor nos encarga el ejercicio final de nuestro curso.
Cada uno cuenta su historia personal y la emoción se apodera de la sala.
Mientras, vamos ejercitando nuestra voz, nos damos cuenta de todo lo que hemos aprendido.
El objetivo está cumplido.
Etiquetas: Escuela Europea de Oratoria, voz