1. Gestiona bien tus emociones: un buen orador sabe gestionar sus emociones
(alegría, tristeza, miedo, sorpresa, enfado y asco) de manera adecuada para
mostrarse siempre sereno, tranquilo, equilibrado y no llegar nunca a la ira,
perder los estribos, etc… hablando en público. La Inteligencia Emocional ayuda
al orador a gestionar bien las emociones y a ser capaz de transmitirlas,
también muy importante.
2. Emplea la llamada postura de
“neutralidad”: quizás la
conozcas de pilates. Es una posición en la que el orador está de pie, con su peso
equilibrado en ambas caderas y los brazos colgando. Sus brazos y sus manos se
mueven en cuanto comienza a hablar. Es la postura que podemos ver en el atril a
los buenos oradores o cuando los políticos posan para una foto. Da sensación de
seguridad delante del público.
3. Gestiona bien tu mente: todos los miedos e inseguridades que tenemos
proceden de nuestros pensamientos, nosotros mismos los creamos. Herramientas
como la Programación Neurolingüística (PNL) nos ayudan a eliminar de nuestra
mente los pensamientos negativos y nos potencia a través de creencias
positivas: “claro que puedo hablar en público”, “soy capaz”, etc…
4. Utiliza las 3 Claves de la
Oratoria: las claves que
hemos comprobado en los grandes oradores de la Historia: naturalidad (ser tú mismo), humildad (no creerte más que nadie, no
ser prepotente al hablar en público) y, hablar desde el corazón (con ganas, con
pasión, con ilusión…) Son tres claves que te ayudan a salir de cualquier
situación que te pueda pasar al hablar en público, ya sea una pregunta difícil,
que te caigas al suelo, que te quedes en blanco o que no te funcionen los
medios técnicos.
5. Consigue que tu público
“vuele” contigo: a
fin de evitar los discursos aburridos o las presentaciones que se denominan
“muerte por PowerPoint”, necesitamos emplear lo que se llaman “buenos inicios y
finales”. Como dijo Winston Churchill: “el mejor discurso es que tiene un buen
principio, un buen final, y en el que la distancia entre ambos es la mínima
posible”. Una anécdota personal, un “storytelling”, una cita, etc… pueden
constituir un buen inicio o un buen final.
6. Prepara bien la presentación: si usas PowerPoint, Keynote, Prezi o cualquier otro
tipo de presentación visual tienes que tener en cuenta que ese elemento no es
para ti, sino para tu público. Por tanto, lo que no se pueda leer no se puede
poner y es preciso que el público pueda ver de una simple mirada lo que
queremos decir. Un buen ejemplo en este sentido eran las presentaciones de
Steve Jobs. Se caracterizaban por ser muy simples, un elemento por diapositiva,
lo cual atraía la mirada del público hacia lo que él quería en ese momento.
7. ¡Juega con tu voz! Nuestra voz no la podemos cambiar pero sí el uso que
hacemos de ella. Puedes tener el mejor discurso o la mejor presentación del
mundo pero si no sabes interpretarlo adecuadamente, saldrá muy mal. Jugar, por
ejemplo, con los silencios y las pausas es mágico para “enganchar” a
tu público y conseguir seducirles.
8. Emplea un Lenguaje No Verbal (LNV)
adecuado: vestir según la
imagen que quieras dar y según el público que tengas delante; evitar gestos
inadecuados (tocarse la cara, anillos, pulseras, corbatas, uso del bolígrafo,
manos cerradas o brazos o piernas cruzados) y mover las manos al ritmo de la
voz, son pautas fundamentales de un buen uso del lenguaje no verbal en
oratoria.
9. Adapta tu lenguaje a tu
público: no puede ser lo
mismo hablar para niños, adolescentes, personas de la tercera edad,
profesionales, médicos, profesores, abogados, ingenieros, policías, etc… el
orador debe adaptar su lenguaje verbal a las personas que tiene delante, de
manera que todo el mundo entienda lo que va a decir. Ojo por tanto con las
palabras anglosajonas ante un público que a lo mejor no las conoce, o con los
tecnicismos de cualquier profesión ante unas personas que no son de dicho
campo.
10. Trata de ser coherente en los
3 tipos de lenguaje: El
ser humano utiliza 3 tipos de lenguaje: lenguaje verbal (mensaje), lenguaje
paraverbal (voz) y lenguaje no verbal (cuerpo). Para que un orador sea creíble
sus tres tipos de lenguaje deben ser coherentes, es decir, los tres deben
indicar lo mismo. Si un orador no es coherente pierde credibilidad.
Y por supuesto, después de tener en cuenta todos los
anteriores, la base es: practicar,
practicar, practicar.
Escuela Europea de Oratoria (EEO)
Etiquetas: Escuela Europea de Oratoria, hablar en público, Oratoria