El tándem idóneo para la Comunicación: PNL e Inteligencia Emocional

Hace unos días, estaba dando un curso en una empresa, y antes de empezar, una camarera trajo el desayuno: botellas de agua, termos de café, leche y agua caliente, refrescos, bandejas de pequeños bollos... Según los iba colocando en una mesa auxiliar del aula, yo la observaba. Cada elemento que iba situando lo ponía a la misma distancia entre sí que sus semejantes, de forma casi milimétrica. Poco a poco, todo lo que traía estaba perfectamente colocado. Sonriendo comencé a hablar con ella. Era la primera vez que la veía, pero su manera de posicionar las cosas me había dado unas cuantas pistas sobre ella. De hecho, me había "regalado" mucha información que ella misma no sabía de sí misma. No, no es brujería, ni adivinación sino simplemente el uso de técnicas de Programación Neurolingüística (PNL) y una buena dosis de observación. Cualquiera que estudie PNL puede hacerlo, siempre y cuando preste la suficiente atención. 

Como periodista que he sido durante muchos años de mi vida, la Comunicación siempre me gustó, pero aún más cuando comencé a aprender los dos conjuntos de herramientas a los que más hora le dedico en mi vida: la Inteligencia Emocional (IE) y la Programación Neurolingüística (PNL). Me llamaron tanto la atención ambas disciplinas que decidí estudiar con los mejores, y así lo hice. Además leí todo lo que había por leer de ambas materias, encontrándome que los libros de estos temas eran más bien ásperos y aburridos. Así que comencé a escribir las publicaciones que yo quería leer sobre estos temas. Mi libro básico sobre estos temas es "¿Estás Comunicando?" (LID Editorial), que incluye 112 claves para mejorar la Comunicación con los demás empleando herramientas de ambas disciplinas. 

Pero... ¿qué me han aportado a mí la Inteligencia Emocional y la Programación Neurolingüística (PNL)? Ufff, tantas cosas. Por un lado, mi crecimiento personal, la IE me ha ayudado a ser más feliz, sabiendo gestionar mis emociones y expresarlas de manera adecuada, ser capaz de pedir ayuda, de defender mis derechos con asertividad, consolidar mis valores y ser consciente de mis creencias. 

La PNL me ha dado la oportunidad de conocerme mejor, de saber por qué hago las cosas como las hago y tener la posibilidad de cambiarlo; me ha enseñado a respetar y tolerar a los demás, sea cual sea su manera de pensar; también ha hecho que mis pensamientos trabajen en mi beneficio, y que me apoye en mis creencias potenciadoras, dejando a un lado las limitadoras. 

Para mí además, estas dos herramientas son un tándem que se necesitan una a la otra. Yo suelo decir que la PNL te da instrumentos mágicos de Comunicación y la IE te da el sentido común y la gestión de emociones para saber emplearlos. Cuando veo personas que trabajan como terapeutas de PNL o coaches, por ejemplo, sin haberse trabajado su IE desconfío. Por supuesto, yo no soy emocionalmente inteligente, como suelo decir en clase, pero sí estoy día a día tratando de serlo cada vez un poco más. 

No sé qué hubiera sido de mi vida si no hubiera aprendido Inteligencia Emocional y Programación Neurolingüística pero, estoy segura de que sería diferente, porque yo también sería diferente a como soy hoy en día. Cuando creé la Escuela Europea de Oratoria (EEO) en 2012 tenía claro que ambas disciplinas iban a ser básicas tanto para la formación de personas que desean hablar en público mejor como las que simplemente quisieran mejorar su comunicación con los demás. Estos dos ingredientes se han convertido en un gran valor diferenciador entre la EEO y las demás empresas que hacen algún curso de hablar en público. 

El curso de "Comunicación con Inteligencia Emocional y Programación Neurolingüística" de los días 18 y 19 de mayo (viernes de 17 a 21 h y sábado de 9 a 19 h), que daré en Madrid, es un buen ejemplo de lo que he aprendido de estas disciplinas y de lo que puedo transmitir a los demás. Si te interesa, inscríbete ya porque las plazas son limitadas. Te puedo garantizar que te lo vas a pasar bien y, además, vas a aprender un montón.