Es probable que al leer este titular
hayas pensado: “¿Carné, qué carné? No se necesita carné para hablar en público.
Y la verdad es que tienes razón. Pero lo que quiero hacer en este artículo es
una analogía con la actividad de conducir para reivindicar la importancia de aprender
Oratoria.
Es muy habitual que yo comente en mis
cursos que hablar en público es como conducir. La primera vez que lo haces te
parece que hay muchas cosas de las que tienes que estar pendiente: el volante,
tres pedales, el cinturón, palanca de cambios, luces, intermitentes, freno de
mano… “pero ¿cómo voy a acordarme de hacerlo todo a la vez?”. La realidad es
que una vez que interiorizamos la conducción, con la práctica, lo hacemos todo
de forma automática. Así nos desplazamos en coche sin pensar que tenemos que
utilizar los intermitentes, las luces o ponernos el cinturón.
Al hablar en público ocurre igual.
Son muchas las cuestiones que hay que tener en cuenta (postura, movimiento de
las manos, mirada, uso de la voz, empleo de un adecuado lenguaje, etc…) y en la
Escuela Europea de Oratoria sabemos que es el buen orador aquel que sabe hacer
todo ello de manera automática, habiendo integrado los conocimientos en sí. Y
esa asunción se consigue a base de práctica, práctica y práctica.
El problema viene, y de ahí de nuevo
la analogía de la conducción, cuando hay oradores que no han aprendido nunca
las técnicas de hablar en público. ¿Se puede conducir sin haberse sacado el carné?
Claro que sí. Hay gente que lo hace. ¿Eso quiere decir que conocen todo lo que
se precisa para hacerlo? Probablemente no. Pues igualmente ocurre con hablar en
público. “La práctica hace al maestro”, dicen por ahí. Pero una constancia que
precisa primero de los conocimientos técnicos para hacerlo. Quiere esto decir que,
si hablas mucho en público pero nunca te has formado en ello, es probable que
adquieras “tics” que no son los más adecuados para ello: meterte las manos en
los bolsillos, balancearte al hablar, acelerarte, tocarte el reloj, la corbata,
la nariz, etc…
El mejor ejemplo de esto son los
políticos, como colectivo que habla con mucha frecuencia en público. Lo hacen
casi todos los días durante muchos años, pero si nadie les ha explicado cómo
hacerlo, si no se han formado en ello, tienen sus “tics” adquiridos y no
evolucionan, no mejoran.
Por eso, en la Escuela Europea de
Oratoria consideramos que, por supuesto, no hace falta carné para hablar en
público, pero si quieres hacerlo bien, necesitas formarte. ¿O acaso no fuiste a
la autoescuela y aprobaste el examen teórico?
Una de las primeras cosas que los
profesionales comentan tras hacer un curso de Oratoria es que no eran
conscientes de qué errores cometían a la hora de hablar en público. En el aula,
desde el minuto 1, comenzamos a indicar qué es lo que haces bien y en qué debes
mejorar, haciéndote consciente de lo que te falta para ser un espléndido
orador. Una vez que tengas los conocimientos (que se van integrando en cada
práctica que hacemos en los cursos), ya puedes dedicarte a practicar, practicar
y practicar. ¿Y tú qué opinas?
Etiquetas: Escuela Europea de Oratoria, hablar en público, Oratoria
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio