Hace tiempo que esta sección del blog no veía la luz, más por falta de tiempo personal que por el propio cachorro de Chow Chow, Obi, quien comparte desde hace ya más de cinco meses mi vida. Aún así, tanto él como yo seguimos aprendiendo. Una de las cosas que más me gusta de él, que ya cuenta con 7 meses, es que sigue sorprendiéndose cada día. Hoy ha sido con un jardinero que con una extraña mochila a la espalda y un tubo largo iba expulsando aire para juntar las hojas del parque a montones. Obi se ha quedado mirándole extrañado, viendo como el otoño iba siendo "retocado" por aquel ser humano extraño. ¡Ha sido genial! Es cómo si no comprendiera la escena. El otro día también se quedó mirando a un joven que tocaba una flauta en el parque. El cachorro se sentó frente a él, muy serio, escuchando la música "gratuita" del joven intérprete. Fue difícil llevárselo de allí pues estaba ensimismado ante los extraños ruidos emitidos por aquel cachorro humano.
Esa capacidad de sorprendernos también la necesitamos los seres humanos. Y hay muchas cosas de las que sorprenderse cada día: el cielo está especialmente azul, la luna más redonda que nunca, un amigo se preocupa por nosotros, nuestra pareja nos halaga de una forma no habitual... hay miles de cosas que pueden sorprendernos cada día y hacernos sonreír, sólo falta tener la capacidad para mirar... Así que las enseñanzas de Obi nos invitan a sorprendernos.
Etiquetas: capacidad, enseñanzas, inteligencia emocional, Obi, sorpresa
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