Desafortunadamente no tengo la foto que me hubiera gustado incluir en este post. La imagen de Obi mirándose al espejo por primera vez. Fue un instante que pasó exclusivamente de mi retina al recuerdo. Obi se vio de lejos, en un espejo que quedaba justo a su altura. Dio unos pasos hacia adelante y, al ver que el perro del espejo también lo hacía, echó marcha atrás, le pareció que ese can de la imagen le estaba faltando a su espacio vital. Día tras día, Obi se ha acercado cada vez más al perro del espejo y llegan incluso a olfatearse, sin conseguir mucho resultado. ¡Creo que por fin ha aceptado quién es cuando se mira al espejo!
En la sociedad en la que vivimos tampoco es fácil que nosotros nos aceptemos cuando nos miramos al espejo. Asumir nuestra identidad a veces es duro: no somos tan guapos como nos gustaría, tan inteligentes como nos gustaría, tan perfectos como nos gustaría y.... ¿qué? somos seres únicos, cada uno de nosotros, irrepetibles, con un mapa del territorio absolutamente diferente al de cualquier otra persona que viva en este planeta. ¿No es eso suficiente para sentirnos orgullosos? ¿No es eso suficiente para aceptar nuestra identidad y vivir con ella?
Etiquetas: identidad, inteligencia emocional, Obi, perfeccionismo
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio