jueves, 17 de junio de 2010

Las enseñanzas de Obi I: Salir de la zona cómoda

Dejar tu casa y todo lo que has conocido de golpe es, desde luego, salir de la zona cómoda. Así le ha ocurrido a Obi. De vivir en un criadero con más de 30 perros, en su mayoría Chow Chow, con su madre, su padre y su hermana, a estar solo conmigo no ha sido fácil. Y sin embargo, se está adaptando mucho mejor de lo que nosotros, los humanos, haríamos. El primer día fue complicado. A su primer viaje en coche, de más de 500 kilómetros, se unía su primer baño, su primer secado de pelo, su primera pose para las fotos. Pasó todo el proceso con una tranquilidad pasmosa. ¿Será emocionalmente inteligente? Es como si fuera consciente de que saliendo de la zona cómoda se aprende. Y Obi parece dispuesto a aprenderlo rapidamente.

La primera noche fuera de casa, en su nuevo hogar, no ha sido tan traumática. Enseguida encontró un lugar donde acoplarse. El primer despertar ha sido quejicoso, recorriendo toda la casa como si esperara encontrar a su familia a la vuelta de la esquina. Sin embargo, al segundo día ya está bastante adaptado a su nuevo hogar y, aunque no se separa mucho de mi lado, va saboreando poco a poco la independencia.

¿Y nosotros? ¿Cuánto nos cuesta salir de la zona cómoda? Si vas siempre a trabajar por el mismo camino, si llegas a clase y te sientas en la misma silla, si tu estilo de ropa es habitualmente el mismo, si tu círculo de amistades es reducido... así no aprendes, así no creces. La sabiduría de Obi hoy nos invita a salir de la zona cómoda. ¿Te animas?

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3 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

de los perros podemos aprender muchísimas cosas....humildemente pienso que la barrera más importante que nos separa de ellos es nuestro orgullo.......
Pancho (mi perro) cada día me enseña cosas nuevas...y es una delicia compartir mi vida con él. No lo cambiaría por nada del mundo.
GRACIAS PANCHO.

17 de junio de 2010, 9:37  
Anonymous ana embid ha dicho...

Ante todo, enhorabuena por haber tomado la decisión de tener un perro. Es una decisión que tiene poco de generosidad y mucho de egoismo, por lo mucho o poco que das y lo mucho que recibes.
Yo con mi perra, Megan, una cocker guapísima, aplico PNL. Si, si, dirás .. cómo está ésta, que hasta con los perros ... ¡Hasta con los perros¡ Y ya hablaremos, y nos contarás, de lo que sienten y, sobre todo, de lo que comunican .. que irás descubriendo poco a poco.

17 de junio de 2010, 18:46  
Blogger Mónica Pérez de las Heras ha dicho...

Ana, estoy segura de que estás enseñando PNL a tu perra. Yo también lo he pensado, por supuesto. Aunque no sé quién de los dos va a educar más a quién, jajaja... Gracias por vuestros comentarios. Da gusto comprobar cómo también en el mundo del coaching hay grandes amantes de los perros.

17 de junio de 2010, 19:29  

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