"Tenemos que aprender a gestionar las emociones para que no nos traicionen al hablar en público"

Platón decía: "La disposición emocional del alumno determina su habilidad de aprender". Esta frase despertó en Virginia Gonzalo, experta en Inteligencia Emocional y profesora de la Escuela Europea de Oratoria, su curiosidad por el mundo de las emociones.

Estudió Magisterio y también es licenciada en Psicopedagogía y especializada en Terapia cognitivo-conductual. Para ella la Inteligencia Emocional es la asignatura obligatoria de toda la vida.

P.- ¿Qué es la Inteligencia Emocional y cómo podemos utilizarla en Oratoria?

R.- Hay tantas definiciones como personas nos dedicamos a esta formación. Inteligencia Emocional para mí es la adecuada utilización de nuestras emociones para dirigir nuestras conductas a objetivos deseados.

Decía Mark Twain: “el 50 por ciento de los oradores tiene miedo a hablar en público y el otro 50% miente”. En este sentido, tenemos que aprender a gestionar todas esas emociones que entran en juego, las emociones internas del orador y saber gestionarlas sobre todo para que no nos traicionen, y que no nos influyan a la hora de transmitir nuestro mensaje que es el objetivo final de la oratoria.

P.- ¿Cuáles son sus beneficios en nuestra vida en general, y en la Oratoria en particular?

R.- El beneficio fundamental es la sensación de llevar el control sobre las situaciones.  Además, estamos mucho más tranquilos, nos sentimos mucho mejor con nosotros mismos…El beneficio personal es innumerable cuando hablamos de gestión emocional tanto en la vida en general, como en la Oratoria porque si estamos tranquilos y si dedicamos toda nuestra energía a la elaboración de nuestro mensaje tenemos el cóctel perfecto.

P.- No existen emociones negativas, todas son positivas y todas son necesarias, ¿no es así?

R.- Cierto. Las emociones son respuestas fundamentales a lo que vivimos en cada momento y por lo tanto todas son necesarias porque nos están dando una información muy válida para nosotros. Lo que tenemos que aprender es a leer esas emociones para poder cubrir esas necesidades que de alguna manera nos están demandando. A veces hacemos un mal uso de la emoción, pero ésta es en sí misma muy beneficiosa y si está ahí es por y para algo.

P.- La gestión de emociones es fundamental para una buena exposición en público. ¿Cómo debemos gestionarlas a la hora de hablar ante una audiencia?

R.- Para hablar bien en público primero nos tenemos que hablar bien en privado. Si nosotros aprendemos a gestionar el miedo que a veces es inevitable a la hora de hablar en público; si somos capaces de gestionar nuestros pensamientos; si somos capaces de cambiar de forma consciente nuestro estado de ánimo, ya solo nos quedará disfrutar de nuestro discurso y de nuestra audiencia.

P.- En nuestro día a día hablamos de emociones, pero también existen las cargas emocionales, ¿qué son y cómo debemos deshacernos de ellas?

R.- A mí me gusta definirlas como bolas de sentimiento que no digerimos adecuadamente en el momento que ocurre y se convierten en un peso, en una carga de emoción. Tenemos que hacer una importante labor de prevención, para que en el momento que sentimos algo podamos darle una salida sana, una solución saludable y evitar que se enquisten, porque ese enquistamiento emocional es la carga que vamos acumulando a lo largo de nuestra vida. Forman parte de nuestro pasado y tiñen nuestro presente. Por eso es importante gestionarlas.

Los pensamientos, clave en la educación emocional

P.- ¿Qué papel juegan nuestros pensamientos en nuestro estado de ánimo?

R.- Los pensamientos juegan un papel vital en la gestión emocional. La asignatura que nos falta en el colegio y que nos deberían haber enseñado es la gestión del pensamiento. Porque ya lo decía Buda: “Somos lo que pensamos”. En la calidad de nuestros pensamientos está la calidad de nuestros sentimientos. Si nos enseñaran a pensar mejor nos ayudarían a sentirnos mejor.

P. Eres profesora de Inteligencia Emocional en la Escuela Europea de Oratoria, ¿qué percepción tienes de los alumnos que han realzado el curso contigo? ¿Crees que hay un antes y un después en su manera de ver la vida después de hacer el curso?

R.- Creo que sí. Es una satisfacción enorme ayudarles sobre todo a tomar conciencia de cuáles son esos pensamientos que les están limitando. A veces no se dan cuenta que los mayores frenos los tienen en su mente.

Me gusta ofrecerles alternativas de cómo gestionar esos estados de ánimo que también les limitan a la hora de enfrentarse a un auditorio, pero sobre todo me agrada enseñarles a ser conscientes de lo que pueden hacer por ellos mismos, que es mucho más de lo que se imaginan.

Cuando abrimos esta ventanita a la Inteligencia Emocional te das cuenta de que hay muchísimas más posibilidades y el cambio es mucho más accesible de lo que pensamos. Está en nuestra mano sentirnos mejor con nosotros mismos.

P.- Los próximos 1 y 2 de julio impartirás un curso de Inteligencia Emocional aplicada a la Oratoria en la Escuela Europea de Oratoria, ¿Qué ofreces en este curso a los alumnos? ¿Qué les va a suponer formarse en Inteligencia Emocional?

R.- Esa formación e información que nadie nos ha dado pero que puede cambiar mucho la relación que nosotros tenemos con nosotros mismos. Siempre me gusta utilizar la frase: “Por mí, por todos mis compañeros, pero por mí el primero”. Esto se traduce en que tenemos que dedicarnos tiempo y trabajarnos por dentro para que eso se note también por fuera, porque es clave en un orador.

Para mí la Inteligencia Emocional es la asignatura obligatoria de toda la vida. Tenemos que tener las herramientas a nivel psicológico para poder gestionar las situaciones de nuestro día a día bien sea en el escenario hablando en público, pero también en el escenario de la vida.

Virginia Gonzalo impartirá el curso presencial: "Vivencial de Inteligencia Emocional aplicado a la Oratoria", los días 1 y 2 de julio en la Escuela Europea de Oratoria. Más información aquí. 

Entrevista realizada por Sandra Ruiz, periodista colaboradora de la Escuela Europea de Oratoria.