Si hay una creencia que cualquier persona ha tenido en alguna ocasión es la de considerar que "el capitán es el último que abandona el barco". Multitud de historias reales y ficticias, como por ejemplo aquella imagen del capitán del "Titanic" hundiéndose con su barco, respaldaban esta teoría. Habitualmente hemos presupuesto que el capitán de un barco era una persona con valores: valentía, capacidad de sacrificio, incluso heroicidad, capaz de dar su vida por sus pasajeros y tripulantes; e incluso, de hundirse con su barco. Sin embargo, lo ocurrido con el crucero italiano estos días atrás nos ha dejado absolutamente "descolocados". Es como si el dichoso personaje que gobernaba esa nave nos hubiera fallado a todos. ¿Por qué? Las creencias son opiniones que se repiten en el tiempo, bien por una única persona o por muchas. Cuanto más tiempo perdura dicha creencia más fuerte e importante es para nosotros. Y las creencias están muy cerca de nuestra "identidad", por eso nos sentimos defraudados cuando alguien destroza una de ellas como ha hecho este hombre.
La decisión del capitán del barco "Costa Concordia" de dejar a más de 4.000 personas a su suerte es un auténtico despropósito, además de que tenga sus repercusiones penales. Ahora bien, ¿cuál es también la responsabilidad de la empresa propietaria del barco? Porque son ellos los que han elegido a un personaje como ese para dirigir el destino de tantas personas... Y sobre todo, por el daño moral provocado a tantas personas a las que una creencia importante en sus vidas "se ha caído" por culpa de una persona sin ninguna inteligencia emocional y mucha cobardía. Afortunadamente, personas como el guardacostas que desde el puerto le instaba y ordenaba que volviera al barco, nos recuerdan que en este mundo sí hay personas con los valores que se deben tener para liderar.
Etiquetas: capacidad de sacrificio, creencia, heroicidad, inteligencia emocional, valentía, valores
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