Cuando una persona pierde los nervios en público
La presentadora de Telemadrid, Curri Valenzuela, perdió el otro día los nervios delante de las cámaras y, ni corta ni perezosa, cogió el ordenador portátil que tenía al lado y lo estampó contra el suelo. El acto resulta absolutamente execrable desde muchos puntos de vista: por un lado, desde la inteligencia emocional, pasar del enfado a la ira sin saber controlarlo demuestra la falta de madurez de la persona, y lo necesario que sería que trabajara su inteligencia emocional. Por otro lado, el ordenador no tenía la culpa de nada, así que, destrozarlo contra el suelo no es una medida plausible. Seguramente, la señora Valenzuela no era la propietaria del objeto ni habrá tenido que pagar por uno nuevo. El desprecio por los bienes materiales hasta el punto de destrozarlos demuestra el escaso respeto por las personas que les encantaría poder disponer de un aparato de esas características y no pueden hacerlo. El ego de la señora Valenzuela le hace manejarse con soberbia hasta en público, algo poco recomendable. El ejemplo por tanto de la presentadora de Telemadrid es para no seguirlo.
Etiquetas: ejemplo, inteligencia emocional, ira, madurez, respeto
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