La Programación Neurolingüística (PNL) es una ciencia que permite analizar, para conocerlos mejor, no sólo a seres humanos sino también a personajes de ficción. Así lo hizo de hecho
Robert Dilts en sus libros “Strategies of Genius”, donde estudió a diferentes personas célebres y a Sherlock Holmes. Sin pretender realizar un análisis tan exhaustivo como los de Dilts, sí me gustaría hacer algunos comentarios sobre la heroína de las historias de Millennium de Stieg Larsson, Lisbeth Salander. Ya que su figura nos ha cautivado a muchos millones de lectores en todo el mundo, merece la pena tratar de descifrar un poco cómo es y por qué se comporta así este personaje.
Siguiendo la pirámide neurológica, creada por Dilts en base a los trabajos de Gregory Bateson, encontramos que la
identidad de Salander se la ha creado ella misma: dotada de un físico escasamente llamativo -es delgada y de estatura baja- los avatares que vive en sus primeros años de vida, que por supuesto le han marcado, hacen que ella cree una coraza para sí, for
mada por los tatuajes que cubren su cuerpo así como su preparación en el deporte del boxeo. Ella necesita crearse una imagen, una identidad para defenderse del mundo hostil que la rodea, de ahí también sus piercings y su ropa oscura, quiere parecer más dura de lo que realmente es. “Uno elige quien quiere ser”, dice en uno de los libros.
En los tres títulos de la historia de Millennium: “Los hombres que no amaban a las mujeres”, “La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina” y “La reina en el palacio de las corrientes de aire”, surgen claramente los valores de la protagonista. Es cierto que tiene un sentido de la ética un tanto “particular” y también que entre sus valores principales se encuentran la justicia y la amistad.
Subiendo un escalón más, el de las creencias, nos muestra a una mujer maltratada por las circunstancias en general y por los hombres en particular. Ello le hace desconfiar de cualquier persona, y sobre todo, del género masculino. La existencia de “hombres que no aman a las mujeres” es algo evidente para ella, especialmente sensible hacia la violencia masculina contra su sexo. Otra creencia expresada directamente es: “Todos tenemos secretos” haciendo referencia implícita a los suyos propios. Su experiencia le lleva a no fiarse de colectivos como los policías, los abogados o los médicos. "¿Por qué no hablas con los médicos?" le preguntan en una ocasión. "Porque no me escuchan" dice ella.
Sus capacidades, otro de los escalones de Dilts, son evidentes: Lisbeth posee grandes conocimientos de informática que le proporcionan la posibilidad de llegar a ser una de las mejores hackers conocidas, así como un don especial que es su memoria fotográfica.
Su comportamiento viene marcado por su identidad, creencias, valores y capacidades. Salander encuentra un trabajo para el que no tiene por qué relacionarse bien con los demás: investigadora privada, siendo muy eficaz desentrañando cualquier secreto que alguien quiera ocultar. Sus trágicas experiencias le llevan a ser una persona cerrada al mundo, agresiva cuando tiene miedo, vengativa, huidiza… Lo suyo no son las relaciones personales. Sus detractores, sus enemigos en la novela, hablan de ella como un ser asocial, algo que puede comprenderse cuando se ha leído toda la serie.
El entorno en el que se mueve Lisbeth es bastante particular. Encuentra un nicho para ella en grupos de amigas lesbianas que la aceptan como es sin ponerle pegas. Además mantiene en secreto su lugar de residencia; tiene un círculo de confianza a su alrededor sumamente reducido.
Visual, auditiva o kinestésica
Aunque ya sabemos que todos somos visuales, auditivos y kinestésicos, el personaje de Lisbeth Salander se muestra sobre todo visual -ya que tiene memoria fotográfica y es capaz de recordar todo aquello que lee- y muy poco kinestésica -no le gusta que le toquen, limita el contacto físico a las relaciones sexuales-. Es su experiencia de vida la que le ha proporcionado esas especiales cualidades.
Por supuesto, este es mi análisis sobre Lisbeth, desde mi mapa, que está abierto a vuestros comentarios.
Etiquetas: auditiva, kinestésica, Lisbeth Salander, Millennium, PNL, Robert Dilts, Stieg Larsson, visual
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